Reflexiones en calma

Mi estancia en Pa Pae Meditation Centre y Wat Pa Tam Wua llegó a su fin. Ha sido interesante vivir la meditación sin silencio estricto de por medio durante estos 9 últimos días. La intensidad emocional y física ha sido menor, pero no me atrevo a afirmar que el número de «insights» que he tenido se haya reducido en la misma proporción.

Voy a aprovechar este post para dirigirme a aquellas personas que ya llevan un buen tiempo meditando, transcribiendo un pasaje del libro «Walk to be the knower», escrito por el abad de Wat Pa Tam Wua.

«Después de ver muchas veces la aparición y desaparición de la mente y el cuerpo, algunas personas pueden sentirse desencantadas con los estados emocionales porque se han dado cuenta de que la felicidad viene y se va. No es placentera de forma permanente. El sufrimiento viene y se va. No es desagradable de forma permanente.

Todo lo que aparece, desaparece. No es agradable, ni desagradable. La alegría y el dolor son igual de aburridos.»

El concepto clave aquí es el desencanto. Y es un estado íntimo, personal y, obviamente, transitorio. La realización de la ley de la impermanencia (de la que ya hablé en el post La ley de la naturaleza: todo es impermanente) puede ser bastante cruda, al principio, dando lugar a cierta apatía vital. Es como si, en un momento dado, todo perdiera interés.

Este proceso se da en un momento de falta de perspectiva. Tendemos a pensar que lo que vivimos será permanente, especialmente las situaciones menos agradables. Dicha proyección a futuro nos lleva a vivir estados emocionales de cierto desangelo.

Trascendido este proceso, podemos darnos cuenta como la neutralidad enfrente a las diferentes circunstancias que vivimos va tomando fuerza. Esto es, somo más capaces de percibir las cosas por lo que son. Sin juicios. Nos relacionamos de una forma más natural con la vida y, por tanto, nuestro ego va perdiendo fuerza.

Ganamos espacio interior. Podemos observar con mayor pausa todo lo que se mueva dentro de nosotros en cualquier circunstancia. Ver el aparecer y desaparecer de cada pensamiento, sensación física y emoción se vuelve sencillo y espontáneo y es vivido com calma. La presencia (o mindfulness) se hace patente.

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