Tripitiendo

Heme aquí de nuevo, en Tailandia. Por tercera vez en 4 años visito el país en busca de aventuras, naturaleza, improvisación, meditación y silencio.

Heme aquí de nuevo, tablet en mano, para recoger mis experiencias y aprendizajes.

Este viaje empezó a tope. Barcelona – Mae Sot del tirón. Dos aviones y dos autobuses para sumar unas 36 horas en total, un culo plano, los pies hinchados y el jet lag apretando fuerte, encendieron mi sistema nervioso y me siento cargado de energía.

Fue curiosa la tremenda naturalidad que invadió mi sentir al pisar Bangkok. Era como si hubiese vuelto a casa. Todo parecía más limpio y ordenado. Cierto es que, por primera vez, no aterrizaba solo aquí.

El primer concepto que recobra fuerza en mi interior tiene que ver con la, a veces relativa, comodidad y seguridad de la zona de confort. En una conversación con Javi Almagro (fundador de Playonside) apareció el futuro, y sus opciones.

En un momento dado, mientras le ponía al día de mi actualidad y proyectos, hice un click y me di cuenta de que estaba negando posibilidades por el miedo a «perder» lo que tengo ahora. Tomé conciencia del apego inconsciente que he ido desarrollando a mi modo de vida.

Con esto no quiero decir que me plantee cambiar nada en absoluto, sinó que detecté ciertos miedos subyacentes de los que no tenía ni idea. Desde nuestra charla, me he dejado sentir para explorar a qué estados emocionales me llevan dichos miedos. De momento, siento que estoy fluyendo momento a momento, sin presiones ni ansias de ningún tipo.

No hay futuro. Solo existe el paso que estoy dando. Ahora.

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