Brutal. Incomparable. En definitiva, mi primera gran experiencia de otro mundo. Como ya os avancé en mi último post, este fin de semana he asistido a una boda Karen, una de las etnias que coexisten en Tailandia. Considero que lo vivido estos dos días merece ser contado con todo detalle, así que cambiaré un poco la dinámica que he venido siguiendo desde el principio para compartirlo con vosotros. Así pues, veréis que este post y el próximo serán algo más extensos y vendrán acompañados de más fotografías.
Esta oportunidad surgió a través de Yim (amiga de Albert Company y Fon). Ella es Karen y la pareja que se casaba (Anne y Poda), eran amigos suyos. Se trataba de una breve cerimonia religiosa cristiana a media tarde, seguida de una suculenta comida y un acto de clausura al anochecer en un pueblecito llamado Banklothor, cerca de la frontera con Birmania.
Albert y yo éramos los únicos extranjeros entre los 180 – 200 asistentes. Difícil pasar desapercibido, pese a vestir sus típicas vestimentas festivas… Un hecho que quiero destacar en este momento, es la asombrosa hospitalidad que mostraron hacia nosotros. Tanto es así, que tres mujeres de unos 60 años nos invitaron a compartir su mesa sin tan siquiera mediar palabra. Lo único que intercambiamos varias veces fueron sonrisas de complicidad. Hubo un momento en que recordé a la Lola, ya que las tres comían con las manos. Decidí hacer lo mismo. ¿Será verdad que la comida sabe mejor así?
Al terminar de comer, decidimos ir a dar una vuelta por el pueblo. Podría definirlo con miles de palabras, pero tan sólo utilizaré una, espectacular. El paseo terminó en casa de unos amigos de Yim. Otra nueva inolvidable escena. Saludamos a toda la familia y la abuela (¡de 86 años!) decidió sentarse en el suelo para compartir un trozo de ese momento con nosotros. De nuevo, lo único que intercambiamos fueron sonrisas.
De ahí fuimos al acto de clausura, en el que pudimos deleitarnos con 3 cortas actuaciones musicales. La primera de ellas fue interpretada a capella por unos adolescentes, la siguiente por un coro de niños acompañados por una guitarra y la última por fue cantada por el pastor y tres acompañantes.
Por último, y como anécdota, añado que el centro de este acto de clausura fueron dos discursos interminables. Imaginaos cuan largos se hicieron que conté ¡a más de 30 personas completamente dormidas en sus sillas!
Quina passada noi! És genial que estiguis tenint la oportunitat de viure tan de prop la cultura local i de veure que segurament la gent era millor abans que ens arribes el progres. Nosaltres per aqui ja hem enviat el joc a Apple i esperem veurel a la shop aviat.
Perdona per no escriure més sovint pero s’intenta jejeje.
Una abraçada mangurrian!
Ja veig que t’ho passes de meravella! Segueix així! I si veus algun animal digne de ser destacat, com llangardaixos, serps o tigres, no dubtis es fer un post especial de fauna!