El silencio verbal y hacer nada de una forma continuada permite ser mucho más consciente del ruido mental propio. Por ejemplo, un viaje en autobús de larga duración sin conversación con tu acompañante, ni lectura, ni música, ni ninguna otra actividad distractiva, te lleva a la divagación.
En este contexto, es más fácil recordar respirar conscientemente y anclarse al momento presente. Poco a poco, podemos ir percibiendo un mayor número de nuestros propios pensamientos. Obviamente, uno debe querer que eso suceda y adoptar una actitud de auto-observación.
Ese anclaje al instante presente es la denominada «mindfulness». Aparece sin querer, pero es efímera y se escapa fácilmente sin que nos demos cuenta. Acostumbrarnos a mantener el foco de atención en nuestro propio cuerpo, por ejemplo, ayuda a darnos cuenta de los saltos que nuestra mente da de pensamiento en pensamiento.
Jugar esta partida cuando estamos de viaje o de vacaciones es relativamente fácil. El reto es encontrar esta perspectiva, este equilibrio, en nuestro día a día cotidiano donde la vida pasa más deprisa debido a la infinidad de inputs externos que recibimos (horarios, tráfico, tareas, mundo virtual, y un larguísimo etcétera).
Como consecuencias positivas o favorables que podemos obtener, destaco la calma/relax, el auto-conocimiento, la inspiración y creatividad, la confianza, la conexión con nuestro cuerpo y lo que nos rodea (mindfulness), el incremento de nuestra conciencia que conlleva un aumento en la percepción de detalles y, por tanto, de nuestra intuición, la ruptura de ciertos vicios, entre otras.
Volviendo a la experiencia que contaba en mi anterior post, ya sé donde voy a meditar los próximos días. Encontré un retiro de 3 días cerca de Chiang Mai, se llama Papae Meditation Centre. Ayer me reuní con Pierre y compartiremos silencio y meditación. Cuando terminemos, decidiremos si vamos a Wat Pa Tam Wua a pasar 4 o 5 días más.
Vine a Tailandia con la idea de meterme en un retiro cañero de 10 días, pero al final parece que este año la propuesta es más relajada. Como os contaba la semana pasada, una vez vi el apego a dicho objetivo, pude soltarlo.
Este hecho me ha permitido aceptar la realidad tal cual es. Este mes de agosto, a meditar de relax…