Ocho días y siete noches. Ese el tiempo que he dedicado a mi primera experiencia de meditación en el templo budista Tam Wua. El lugar era paradisíaco, parecía un paréntesis de este mundo. Situado en un pequeño valle rodeado por montañas de distintos tamaños, contaba con una flora y fauna totalmente desconocidas para mí.
Mi día a día del templo era bastante rutinario. En pie a las 6.00 para ver amanecer el día mientras realizaba 40 minutos de estiramientos en el punto más espectacular de los jardines. En las siguientes fotografías podéis ver la vista desde la puerta de la habitación compartida donde he estado alojado. En el centro de la segunda imagen encontraréis el banco que me servía de apoyo en mis ejercicios. Y la tercera, es la vista que tenía desde allí.
A las 6.45 sonaba el primer ‘Gong’, señal de que había que dirigirse a la sala principal a ofrecer el desayuno a los monjes. Después del ritual, alrededor de las 7.10, desayunábamos. A las 8.30 empezaba la meditación matutina: una hora y cuarto de meditación caminando descalzos (walking meditation), 45 minutos de meditación sentados (sitting meditation) y 30 minutos de meditación tumbados (lay down meditation, a la que cambiamos el nombre por ‘sleeping’ meditation, ya que no había quien aguantase despierto).
A las 11, nueva ofrenda a los monjes y última comida del día (resultó ser menos duro de lo que parecía en un principio). Gozábamos de tiempo libre hasta las 13.00. A partir de ahí, mismo programa de meditación. A las 16.00 tocaban labores de ayuda al templo. Yo siempre elegí barrer hojas del jardín, ya que la actividad permitía seguir bastante focalizado en el presente. El tiempo de ducha y lavandería manual de la ropa blanca que nos ceden a los asistentes era de 17.00 a 18.00. A partir de ahí, cánticos vespertinos y última sesión de meditación sentados. A las 20.00 todos convocados para ir a nuestra habitación a seguir meditando o dormir.
El idioma usado en Tam Wua era el inglés, muestra de que estaba dirigido a foráneos. Un dato increíble, ¡en mi estancia mantuve contacto con personas de 20 nacionalidades distintas! Los países representados eran: Rusia, Irlanda, Chile, Inglaterra, Bélgica, Polonia, Hungría, India, EEUU, Brasil, Suiza, Alemania, Austria, España, Portugal, Francia, Eslovenia, Gales, Korea del Sur y Tailandia. Otro dato interesante es que la mayoría de asistentes viajaban solos. Perfiles, culturas y ‘backgrounds, totalmente distintos… Pero las mismas preguntas sin responder.
Entré en el templo agobiado y con sensación de abandono por la soledad y la distancia con mi familia y amigos. Perdido en un mar de dudas. Preocupado por el siguiente paso en mi vida, totalmente focalizado en un futuro aterrador. Después de innumerables conversaciones profundas con completos desconocidos que habían pasado o se encontraban en el mismo momento vital que yo, y las primeras horas de meditación, noté un cambio radical. Lo puedo resumir con una frase pronunciada por Jane, el chico indio: IT’S NOT TOO LATE.
Quiero aprovechar mi viaje para profundizar en la meditación. Por eso mismo, el jueves que viene viajo a Birmania a realizar un curso de 10 días y 11 horas diarias de meditación con Cris (Chile), Robert (Hungría), Markus (Alemania) y Matt (Inglaterra). Pinchad aquí si os apetece saber algo más del tema. Por este motivo, volveré a pasar unos días sin escribir.
Mañana viajo a Bangkok para resolver temas de visado. Intentaré encontrar un hueco para compartir con vosotros un par de anécdotas que sucedieron el miércoles pasado en mi visita a Mae Hong Son para realizar la inscripción al curso y comprar el billete de avión.
A continuación adjunto un archivo con más fotos del templo: Wat Tam Wua
Marc, aquí també et trobem a faltar. I jo el primer. Dels centenars de coses que m’estan flipant en aquesta experiència, hi ha una que destaca per sobre de totes: el teu talent literari. T’has donat compte de com escrius? Estic al·lucinant. M’encanta llegir-te no només pel què dius, sino pel com ho dius. Som-hi!
Esta vez, sí que estoy de acuerdo contigo Chiqui! Habrá que guardar estos relatos… Y esperar que vengan muchos más!
Après le premier choc esthétique dû à ton changement de look, ce que j’ai conservé, en éteignant Skype, hier, c’est ton sourire… Ne serait-ce pas celui de Bouda??…
Marc,
Qué pasada lo que cuentas. por fin me he puesto al día con todas tus aventuras….ahora tengo todo el tiempo libre del mundo….ya te contaré. Por ahora, seré una fiel seguidora más de todas tus aventuras.
Un besazo!
Marc, jo el que estic flipant, és la vida que et passes! Però no anaves a cercar treball? hahahaha. Medita i toca’t la cigala! hahaha
Vaya! Parece que no somos tan diferentes a pesar de la diferencia cultural. Tú has llegado allí, igual que el resto de personas de las que hablas, pero cada cual desde una punta del mundo y resulta que convergéis en dudas y terrores por la vida y por el futuro incierto. Después de todo, no estamos solos ¿no?
Que vaya todo muy bien!!
Un abrazo
¡Uy! Se me ha olvidado decir que las vistas son magníficas. El paraíso