Las afirmaciones son una herramienta básica y sencilla para poder influir en la forma en que se generan nuestros pensamientos.
Son declaraciones positivas que buscan crear un cambio en aquellas áreas que sentimos desajustadas o en desequilibrio. Aunque no lo parezca, tenemos la capacidad de alterar a nuestra conveniencia aquellos pensamientos negativos que en algún momento se «engancharon» y se repiten como un disco rallado en nuestra cabeza.
Las afirmaciones funcionan por repetición y se asientan en nuestro inconsciente para acabar convirtiéndose en creencias.
No es necesario copiar las de nadie, ya que cada uno puede definir aquellas que mejor se ajustan a su realidad.
Su elaboración y uso es realmente simple:
– Frases positivas cortas
– En primera persona del singular
– En presente simple (no futuro)
– Podemos acompañarlas de visualización
– Pueden repetirse mental, verbal u oralmente (idealmente a diario al empezar y/o acabar el día)
Aquí tenéis un ejemplo:
– Afirmación destructiva: No me va a faltar de nada en la vida
– Afirmación constructiva: Vivo en la abundancia
La mejor forma que tenemos de saber si esta práctica funciona, es dándole una oportunidad y algo de tiempo, y valorar si algo ha cambiado en los mensajes que escuchamos en nuestra radio mental.